Anna Randol


Anna Randol creció en el sur de California. Cuando tenía ocho años decidió que el diario que llevaba era demasiado aburrido y empezó a escribir como si viviera en una balsa en el Amazonas con Cream Puff, su perro imaginario. A los doce años, Anna decidió que bajar por las rápidas aguas con la única compañía de un perro la hacía sentirse sola. A partir de entonces, los héroes británicos y atractivos empezaron a formar parte de sus fantasías y surgió su interés por la literatura romántica de aventuras. En la actualidad, Anna vive con su familia en el sur de California. Le encantan el chocolate, imaginar reformas en su casa que nunca llevará a cabo y dibujar en la arena de la playa para desconcertar a los arqueólogos del futuro.