Chris y Cathy siempre han intentado proteger a sus hijos del doloroso secreto familiar. Se han entregado en cuerpo y alma para que Jory, Bart y la pequeña Cindy tuvieran la infancia feliz que a ellos una vez les fue arrebatada. Sin embargo, y a pesar de todos los esfuerzos, jamás conseguirán escapar de sus propios fantasmas.
La armonía familiar que habían construido se desvanece con la llegada de una nueva vecina, una misteriosa anciana vestida de negro que siempre les está vigilando. No tarda en seducir a Bart, un niño con un gran poder imaginativo, invitándolo a comer helados y galletas. Poco a poco la actitud del pequeño va cambiando como si alguien, o algo, lo empujara a la locura y a la violencia. Pero esto es solo el principio. Chris y Cathy están a punto de perder todo aquello que aman... quizás para siempre.
Opinión personal
4/5
Esta es una historia que cada vez se pone más más extraña, esperaba que con todo lo que paso en el libro anterior, pudieramos tener como unseguimiento más normal, claro esperaba drama, vamos es V.C Andrews y el como los hijos de Katy iban a enfrentar toda la historia familiar, pero sobrepaso por mucho mis expectativas en ese sentido. Los temas que va tocando poco a poco son un poco extraños pero siento que hay un tema que no se trata con el debido respeto y es la demencia, porque no encuentro otro diagnostico para el hijo menor, además la actitud de Cathy en todo el libro es sumamente desesperante, sabemos que estan un poco transtornados por toda su historia y claro es comprensible, pero aun asi me estresa que crea que todo se arreglara con solo un abrazo o algo asi, además de tener la tonta ilusión que pasarían muchos muchos años antes que todo se descubriera es demasiado.
Si la logre disfrutar, a pesar de todo es bastante ligero la forma en que esta escrita y hacen que las partes aburridas logren pasar lo suficientemente rápido, para llegar a la parte interesante, aunque con unas 100 páginas menos sería una gran mejora para la historia.
