Sinopsis:
En el Egipto faraónico, la mujer era tratada igual que los hombres tanto en el terreno material como en el espiritual. Christian Jacq nos introduce en este mundo y nos invita a conocer a las egipcias, fuesen reinas-faraón, «esposas reales» amantes, prostitutas, madres, trabajadoras o sacerdotisas. El autor nos habla no sólo de egipcias famosas, como la diosa-reina Isis, las reinas-faraón Hatsepsut, Nefertiti o Cleopatra, sino también de mujeres que fueron visires, escribas, comerciantes, «adoratrices divinas» y cantoras, instrumentistas o bailarinas de los templos. La egipcia podía casarse con el hombre que quisiera, divorciarse con la seguridad de recibir una pensión alimenticia, legar sus bienes o heredar los de otro. Podía ser jefe de una empresa, especialista en finanzas, propietaria de tierras, administradora, o consagrarse a los misterios revelados en los santuarios.
La civilización faraónica confería a las mujeres una posición excepcional en comparación con otras culturas del mundo antiguo, posición que en las sociedades modernas aún no se ha conseguido igualar. En ellas descansaba realmente el bienestar de la familia.