Desde ese mismo momento, planteado ya en las primeras páginas con la vertiginosidad propia de James Cain, un torbellino de suspense, violencia y turbulentas pasiones se desata con una fuerza capaz de arrasar con todo, haciendo de cada uno de los protagonistas un sospechoso, quizás un estafador.
El magistral autor de El cartero llama dos veces alcanza también en esta novela una memorable tensión, hecha de amor, violencia y crímenes, formas de la vida a las que nadie está definitivamente condenado. Pero tampoco por completo a salvo.