Sólo una broma del destino había podido unirlos. Pero ese matrimonio era una farsa, una mentira que Wesley muy pronto aclararía. Sí, él estaba decidido a abandonar a Leah para casarse con la dulce e inútil Kimberley, una mujer de su misma clase social.
¿Por qué, entonces, deseaba a Leah desesperadamente? ¿Por qué la besaba con una pasión que ella correspondía aun en contra de su voluntad? ¿Por qué odiaba a Justin, ese hombre rudo que había irrumpido en la vida de Leah con la intención de hacerse amar por la muchacha?