Cuando Eleanor Bradford conoció a Nicholas Brame, conde Wiltshire, en el baile de su amiga Mary Beth Benning, las primeras palabras que vinieron a su mente fueron: presuntuoso, atractivo, libertino, irresistible. Su amiga la había prevenido de hombres como él, y la fama del Conde lo precedía a dónde fuera.
Después de la muerte de su padre y de haberse hecho cargo de su familia, lo último que quería Eleanor era arruinar su temporada de presentación con las galanterías de ese tipo de hombre. Pero ¿sería capaz de hacerlo?