Con diecisiete años de edad Pierce Oliviera no está muerta. No esta vez. Pero está siendo retenida contra su voluntad en el mundo oscuro y crepuscular entre el cielo y el infierno, donde los espíritus de los difuntos esperan antes de embarcarse en su viaje final. Su captor, John Hayden, afirma que es por su propia seguridad.
Debido a que no todos los muertos son queridos. Algunos son tan infelices con el lugar donde terminaron después de dejar el Inframundo que han regresado como Furias, decididas a vengarse... de quién las envió allí y de a quienes ame. Pero mientras Pierce podría estar a salvo de las Furias en el Inframundo, peligros mucho peores podrían estar a su acecho allí... y podrían tener que ver más con su gobernante que con sus enemigos. Y a menos que Pierce sea cuidadosa, esta vez no habrá escapatoria.