Campo de Almendros es el último y el más famoso de los seis libros del ciclo. Publicado en México en 1967, “Campo de Almendros” nos cuenta la catástrofe. Son las últimas semanas de la guerra. Madrid ha caído, o debe estar a punto de caer. Los hombres vagan por el campo, confundidos, sin noticias. El enemigo se mueve a sus espaldas, ignoran ya a qué bando pertenece y qué intenciones trae aquella pareja de guardias con la que se cruzan en el campo. Esconderse y huir, siempre pidiendo agua y comida en los pueblos al paso. “La orden es marcharse. Como se pueda”. Hombres y mujeres huyen en desbandada, citados para continuar juntos la huida en lugares a los que no saben si se puede llegar, si están ya en poder del enemigo. Los partes no dicen nada. ¿El objetivo de la mayoría? Valencia, Alicante, donde se rumorea que hay barcos aguardando para llevarles al exilio. “En la ciudad, a oscuras, se mueve la gente como arañas o lombrices”.
Al final, y llevada por un raro instinto de supervivencia, toda aquella multitud de fugitivos converge en el puerto de Alicante, en espera de un barco. Pasan los días, menudean los suicidios. El barco no llega y cuando, por fin, un buque aparece en la bocana del puerto, espera a encontrarse a sólo unos metros del muelle donde los vencidos comienzan a acarrear sus bártulos y sus escasas pertenencias, donde se intenta respetar el orden de embarque establecido, para desplegar la bandera del ejército vencedor y hacer sonar por los altavoces la Marcha Real.
“Campo de los Almendros” se llama así por la gran explanada poblada de almendros junto a la ciudad de Alicante donde fue improvisado un campo de concentración en que recluir a los capturados en el puerto. Al final, el esfuerzo por orientarse ha sido inútil, los hombres de Max Aub han caído en la sima del laberinto, en el oscuro cubil del Minotauro. “Pasará el tiempo que pasará (...) pero lo evidente, lo que nadie podrá ocultar ni borrar es que se mató porque sí”, podemos leer en las últimas páginas de este escalofriante libro con el que se cierra “El laberinto mágico”. Un ciclo novelístico que, como me anunciara mi amigo, es auténtica, gran literatura, folios extraños y únicos que mueven al lector a cambiar su concepción del mundo.