Lisbeth Salander está preparada para la batalla final contra la única persona que, siendo idéntica a ella, es su opuesta en todo: su hermana Camilla. Pero esta vez, Lisbeth tomará la iniciativa.
Ha dejado atrás Estocolmo, lleva un nuevo peinado y se ha quitado los piercings. Podría pasar por una ejecutiva más. Pero las ejecutivas no ocultan una pistola bajo la americana, no son hackers expertas ni llevan cicatrices ni tatuajes que les recuerdan que han sobrevivido a lo imposible.
Mikael Blomkvist, por su parte, está investigando la muerte de un mendigo del que sólo se sabe que ha fallecido pronunciando el nombre del ministro de Defensa del gobierno sueco y que guardaba el número de teléfono del periodista en el bolsillo. Mikael necesitará la ayuda de Lisbeth, pero para ella el pasado es una bomba a punto de explotar.
Opinión personal
3/5
Fue una gran continuación y una buena narrativa pero sigo sintiendo que algo e falta a la historia, porque la narrativa se vuelve un poco lenta por momentos aunque toca temas muy interesantes, sin mencionar la actitud de Lisbeth, no me convence del todo, en los primeros tres libros, ella fue la estrella en toda regla, incluso en el primer libro donde la conocemos poco a poco y nos vamos haciendo la idea de su personaje, aquí no debería pasar porque sabemos quien es y no cuadra.
Ahora el final, no me gusto, es demasiado abierto, siento que deja volando a los personajes y que solo a Lisbeth le da un proceso relevante, pero los demás siguen igual como si no hubieran pasado 6 libros. Las escenas de acción, que son donde Lisbeth más se luce, si fueron conseguidas, pero no del todo, le falto saber contarlas, porque ese momento de la muerte de ESE personaje debió ser impactante y no lo consigue, fue más bien confuso, demasiado abrupto y rápido y ha otra cosa.
No fue un final que me convenciera del todo, para la calidad de personajes que tenia, ni el potencial que prometía.