Sinopsis: Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estás se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable.
Opinión personal
3/5
Este libro tuvo tan buenas reseñas que lo inicie, pero con sólo 20 páginas leídas, no entendía las buenas reseñas y no pude seguir lo abandone, después de un tiempo lo vi en mi librero y lo volví a intentar y no, no podía pasar de las primeras páginas, me aburría muy rápido. Al fin logré terminarlo y fue por una apuesta, batalle mucho al leerlo, me pareció aburrido, que no conectaba con los personajes, y ese final ¿en serio? Matar al todo el mundo al final es igual que no se como acabar el libro y es la salida fácil.
La última parte cuando las bombas caen, es claro la parte más sentimental y creo que hasta cruel que a esa niña no le quedará literalmente nadie. En cuanto a los personajes pues tienen cierto carisma pero no una personalidad del todo desarrollada, sobre todo a la mamá de Leslie, eso de hacerse la ruda solo porque si no le vi sentido, el padre al otro extremo demasiado blandengue y Leslie en un tono gris medio que no termina de cuajar. Y los spoilers que te da la muerte a cada rato no es que ayuden a animar la lectura. Sufrí demasiado el libro (en mala manera) para llegar a un final apresurado que lo único que perseguir era remover emociones para que el lector sintiera que valió la pena las 400 páginas anteriores.