Quizá no lo sepa, pero hay «otro» J. J. Benítez. Además del investigador y narrador, hay un J. J. Benítez que «pinta» con las palabras. Un «buzo» audaz e incansable de las profundidades humanas. Un «alquimista» del pensamiento y un «Robin Hood» de la esperanza.
En Al fin libre, ese «otro» J. J. Benítez da un triple salto mortal sobre sí mismo y cae, de pie e impecable, sobre la muerte. Nadie, hasta hoy, se atrevió a quitarle la máscara a esa gran desconocida.