Artemis, por su parte, después del barrido de memoria, no recuerda quién es y sobre todo su relación con el mundo subterráneo aunque, eso sí, sigue con sus actividades delictivas: esta vez quiere robar un cuadro de incalculable valor, que pocos conocen, y que se esconde en un lugar secreto. De conseguirlo, se convertiría en el ladrón de cuadros más joven de la historia.
Mientras, su madre le insiste una y otra ez de su necesidad de ser un adolescente normal.