De nuevo, Eve Dallas se ve empujada a intentar resolver el brutal asesinato de una de las fiscales de la ciudad de Nueva York. Sin embargo, antes de que pueda sumergirse en este caso, otro cruel asesinato cae en sus manos. Esta vez se trata del homicidio de una joven y bella actriz de televisión. El método empleado en ambos casos es similar… y también existe un elemento que vincula a ambas mujeres muertas: las dos estuvieron relacionadas en el pasado con el amante de Eve, el apuesto multimillonario Roarke.
Esta pista relacionada con los asesinatos complica sobremanera su relación con él. Mientras Eve trata de mantener su profesión separada de la historia personal que mantiene con el único sospechoso que tiene en el caso, en el fondo sabe que hay alguien más implicado en todo ello, y que Roarke se ha convertido en un involuntario sospechoso.